Lo anterior, se explica por la evolución de algunos fenómenos que redefinen el mundo de los negocios, incluyendo a los negocios asociados al sector agrícola. Dichos fenómenos obligan a las empresas a buscar, desarrollar e integrar nuevas capacidades de gestión, junto con establecer nuevos encadenamientos y asociaciones con otros actores acuñando un enfoque de cluster. Todo esto, apoyado por tecnologías para mejorar su productividad y rentabilidad.
Tales esfuerzos tienen el objetivo de hacer frente a grandes revoluciones dentro de la industria. De esta forma, un enfoque de agronegocios parece ser lo suficientemente amplio para enfrentar los desafíos de transformar a Chile en una potencia alimentaria, pues permite pensar, con una perspectiva amplia e integradora, nuevas soluciones para empresas asociadas a procesos trascendentales como la globalización, la seguridad e inocuidad alimentaria, sustentabilidad ambiental y responsabilidad social, que necesitan una visión amplia e integradora. En definitiva, necesitamos un paradigma que describa a un agronegocio dinámico y eficiente, capaz de atender clientes nacionales e internacionales con productos de alta calidad, preservando el medio ambiente natural y social, y buscando la articulación estratégica con otras empresas relacionadas.
Estratégicamente, entender a la nueva empresa agrícola como un agronegocio permite analizar a la empresa agrícola desde una nueva perspectiva de agregación económica, comprendiendo como la industria resulta ser base de una serie de otras industrias con las que se encadena. Lo anterior resulta de vital importancia para la industria de alimentos y sus pretensiones por convertirse en potencia, pues contribuye a formar una visión más amplia y compleja del negocio agrícola, visualizando sus interrelaciones con otras áreas de la economía, y demostrando el real aporte del sector de Agronegocios a la economía nacional, elemento clave al momento de participar en la elaboración y discusión de políticas públicas.
En términos económicos, el enfoque de "agronegocios" incluye nuevos sectores que dependen fuertemente del sector agrícola, y que muchas veces se encuentra integrado con éste. Por ejemplo, al considerar empresas productoras de alimentos, fibras, maderas y papel podemos pensar en un nuevo sector denominado "agroindustria", el cual contribuyó en el año 2009 con $8.309.618 millones de pesos, cerca de un 13% del PIB total. De la misma forma, al incluir empresas de otros sectores relacionadas al sector agroindustrial podemos dimensionar el tamaño de los "agronegocios" en Chile que, fruto de la cada vez más frecuente la relación con empresas de turismo, transporte, comunicaciones y servicios financieros, podrían fácilmente sobrepasar el 20% como contribución al PIB total.
En conclusión, para enfrentar la tarea de convertir a Chile en una potencia alimentaria, es necesario derribar el antiguo paradigma del "mundo agrícola" y reemplazarlo por u n enfoque de "agronegocios". Esto, permitirá conformar una visión amplia del sector, que integre a nuevos actores relevantes, como por ejemplo agencias de mercadotecnia, empresas especializadas en servicios de logística de exportación, empresas especializadas en procesos de selección de personal, certificadoras de calidad, sector financiero, certificadora de productos orgánicos, bolsa de bonos de carbono, consultoras en gestión, dentro de muchas. De esta forma, esperamos que la empresa agrícola, encadenada con otras empresas especializadas, logre alcanzar satisfactoriamente los desafíos que impone la globalización, seguridad e inocuidad alimentaria, sustentabilidad ambiental y responsabilidad social empresarial.
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