¿Porqué tomamos palco de como nuestro modelo educacional cae a pedazos sin remedios? Mi respuesta es fácil, 30 años en manos de un modelo de libre mercado ineficiente que ha generado brechas, divisiones, inequidades y pocos avances en calidad, aunque debemos reconocer el enorme esfuerzo estatal, en conjunto con el privado, en cuanto a incrementar significativamente la cobertura de educación pre-escolar, básica y media.
El modelo, desde su fundación, tuvo el objetivo de incrementar la cobertura educacional a través de confiar, con pocas regulaciones, en el libre mercado como ente planificador, coordinador y ejecutor de la educación en todos sus niveles. Debemos además recordar que el libre mercado propiamente tal no es el problema, el problema es que este sistema no existe, pues una suma de condiciones resultan imposible de ser aseguradas. A continuación me refiero a los cuatro pilares fundamentales del libre mercado, que deberían actuar como mecanismo garante de eficiencia que permita que la educación sea el vehículo efectivo de desarrollo de sociedades.
1.- Oferta atomizada. Esto significa que dentro del sistema deben existir, en todos los niveles, oferentes como jardines infantiles, colegios, universidades, centros de formación técnica, etc., que entreguen el servicio de educación. Lo anterior permite garantizar un comportamiento clave para el funcionamiento eficiente del sistema, que todos sean "precio-aceptantes", lo que significa acota las oportunidades de lucro excesivo. Hoy día la realidad es clara, pocos oferentes, en manos de aun menos grupos económicos, lo que redunda en lucro excesivo y poco transparente.
2.- Información simétrica. Esto condice con que tanto las instituciones educacionales, como los estudiantes que recibirán su servicio, deben contar con exactamente la misma información. Esta implicaría que, en el ejercicio de libre elección, los estudiantes busquen y escojan las mejores instituciones para estudiar, generando un proceso de selección positiva en donde los mejores cada vez cuentan con más alumnos, y los peores se reformulan o desaparecen. Hoy, lamentablemente, esto no existe. No existe información en cuanto a calidades, sostenedores, actividades, principios, etc. Ejemplos, como que el desempeño del colegio es difuso, o el que Universidades gasten recursos en publicidades engañosas, o que no sean capaces de asegurar o mostrar el existo o fracaso de sus profesionales, generan un ambiente enrarecido y opaco, en donde la información es asimétrica. Lo anterior implica entonces que los mejores compitan deslealmente con los peores, y que estos últimos no se vean obligados a mejorar o desaparecer, generando un incentivo perverso tanto para los mejores a dejar de esforzarse, como para los peores para nunca reformularse.
3.- Ausencia de barreras de entrada. Las barreras de entrada dicen relación a las condiciones físicas o legales, necesarias para comenzar a prestar servicios de educación, como instalaciones, permisos legales, prestigio e imagen, etc. Esto garantiza que precisamente la existencias de un gran número de oferentes que compitan, y la ausencia de grupos económicos que busquen el lucro por sobre la garantía de alta calidad. Lo anterior, es otra limitante evidente de nuestro modelo de educación. Pues no facilita el ingreso de minorías, incrementa la selección de los mejores alumnos, provoca concentración geográfica y limita el tránsito hacia una mayor calidad.
4.- Productos y/o servicios no diferenciados. Esto significa que el servicio educacional no debe ser diferente en características, contenidos y calidades entre los oferentes. Esto permite que los precios se mantengan acotados a un intervalo, y que no existan incentivos para discriminar clientes, o en otras palabras, no existan incentivos para seleccionar a un determinado "perfil" de alumno, condición que a todas luces el sistema actual tampoco garantiza.
Como pueden ver, desde una perspectiva económica estrictamente teórica, el sistema fundado por economistas liberales en la década de los 80s no solo está obsoleto, sino que nunca sirvió para avanzar como sociedad, solo permitió liberar de responsabilidades claves a una dictadura preocupada de aferrarse a un futuro garante de sus propios intereses, y a una concertación tibia y con pocas fuerzas para levantar la voz y refundar las condiciones democrático-educacionales destruidas en dictadura.